/ La causa de derrames

La causa de derrames cerebrales e infartos, de los que no hablamos en voz alta. Y podría estar ya en su casa

Una historia así podría parecer un caso trágico, pero es la realidad para miles de personas: la hipertensión actúa sin hacer ruido y sin avisar. Primero aparece la fatiga, luego la “niebla mental”, y más tarde la presión arterial se dispara ante el estrés o una taza de café, como si fuera algo normal. Día tras día, el corazón trabaja en modo de sobrecarga y los vasos sanguíneos pierden su elasticidad; el cerebro, los riñones y los ojos se comienzan a desnutrirse.

La hipertensión no estalla de golpe,  pero siempre desemboca en lo mismo: un ictus, un infarto o un fallo orgánico. La única diferencia está en si usted alcanza a detectarlo a tiempo. Lo más preocupante es que los derrames cerebrales ocurren cada vez más temprano – incluso antes de los cuarente - porque esta ya no es una enfermedad de ancianos, sino de quienes trabajan en exceso, descansan poco y posponen constantemente el cuidado personal.
Solo en México se registran anualmente entre 150 000 y 300 000 accidentes cerebrovasculares. Pero alrededor del 30-40% de las personas con hipertensión en México desconocen su diagnóstico. En este caso, la hipertensión está involucrada en el 35-50% de los casos de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.

¿No está en esta lista?
Póngase a prueba
Responda a las siguientes preguntas con sinceridad. Es mejor darse cuenta del problema a tiempo que desentrañar las consecuencias o pagar el precio final.

¿Es dura la mañana? A veces, incluso después de 8-9 horas de sueño, ¿se despierta con una pesadez en la cabeza o en el cuerpo, como si no hubiera descansado?

No es sólo cansancio: es la señal de que su presión arterial no baja por la noche, cuando el cuerpo debería recuperarse. Mientras duerme, su corazón y sus vasos sanguíneos siguen trabajando sin descanso, y usted ni siquiera lo percibe.

¿Se siente más irritable y agotado por las pequeñas cosas? ¿A veces todo le exaspera sin motivo, y de repente, experimenta un agotamiento abrupto?

No es cuestión de carácter: es su cerebro padeciendo falta de oxígeno. Está sufriendo descensos de presión y falta de nutrición, y usted lo atribuye al "estado de ánimo".
¿Ha notado que tareas cotidianas como limpiar, subir escaleras o caminar deprisa se le le hacen más difíciles? ¿Se queda sin aliento o percbe tiene latidos cardíacos intensos con más frecuencia?

Eso significa que su corazón le cuesta bombear sangre. Usted continúa con su vida como si nada, sin advertir que ya está rozando el umbral del riesgo.

¿Alguna vez su presión ha superado 130/90? No importa si fue en una o varias ocasiones: una lectura por encima de ese nivel marcael inicio de hipertensión. Ahí comienza el desgaste silente de sus vasos sanguíneos y la sobrecarga constante del corazón, día tras día y sin dolor.
¿Siente la cabeza nublada, le cuesta concentrarse o percibe sus pensamientos lentos?

Esto podría ser un signo precoz de hipoxia cerebral, en otras palabras, el cerebro no recibe suficiente oxígeno por lo que los vasos sanguíneos se estrechan, la presión aumenta y la nutrición se interrumpe.

Si usted se reconoce en al menos dos de estas señales, significa que la hipertensión ya está a la vuelta de la esquina. Cuanto más ignore estos avisos, más cerca estará el día en que su cuerpo ya no pueda soportar la carga.

La hipertensión no anuncia su llegada: simplemente actúa, día tras día, mes tras mes, hasta que un día no logre levantarse.
Lo que está acostumbrado a no notar ya le está destruyendo por dentro.

Mientras siga llevando una vida normal, la hipertensión se abre camino, sin dar una señal clara para parar y decir "me pasa algo". La presión es ligeramente más alta de lo normal, y ya no es un fallo, sino un nuevo modo. El cuerpo se adapta, la cabeza pesa un poco más, el sueño es un poco peor, el corazón es un poco más fuerte - todo dentro de los límites permisibles. Y esa es la parte más peligrosa, porque uno se acostumbra.
La hipertensión no avisa,  Simplemente vive dentro de una persona: día, mes, año. Hasta que un día aparece: ictus, infarto de miocardio, pérdida de visión, insuficiencia renal. Estos diagnósticos no aparecen de repente, son el resultado de años de desgaste silencioso.

Y no sentirá que hoy es el día en que el cuerpo ya ha fallado, sólo pensará en ello como ”obreexcitado”, “sobrecargado” o “la tensión le está subiendo otra vez”, hasta que sea demasiado tarde

La hipertensión no hace ruido: borra su salud progresivamente, metódicamente, desde dentro. Y si no se detiene, no se detendrá por sí sola.
¿Qué complicaciones provoca la hipertensión?
STROKE-70
El aumento de la presión destruye los pequeños vasos del cerebro. En un momento dado, el vaso no puede soportar la presión y se produce una hemorragia. Esto puede provocar parálisis, pérdida del habla y la memoria, y dependencia total de otras personas.

Infarto de miocardio - 60
El corazón funciona bajo una presión constante. Literalmente, la carga crónica agota el músculo cardíaco; y en un momento dado, la zona del corazón se queda sin riego sanguíneo y se produce un infarto. Las consecuencias son a menudo irreversibles.

Pérdida de visión-30
Los vasos de los ojos son de los más vulnerables, la presión los daña primero, la nutrición de la retina se interrumpe, la visión se reduce y aumenta el riesgo de desprendimiento de retina y ceguera.

Insuficiencia renal-40
Cada día, los riñones filtran cientos de litros de sangre, pero con alta presión, este proceso se interrumpe, los riñones pierden la capacidad de limpiar el organismo, muriendo zonas de tejido. En la fase final, la persona pasa a depender de la diálisis.

Demencia y deterioro cognitivo-40
El cerebro carece de oxígeno y nutrientes. Zn
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